31 julio 2005

DESPUÉS DE TANTA VUELTA

DE VUELTA DESPUÉS DE TANTA VUELTA


Muchas gracias a Monika, Shely, Rocío Jara, Cava, Salma Nourdin, mi querida Shered, Faivel, Mini, Silvana, Eric, Pilili, Alejón, Marce, Mike, Dulce, Noemí, Xana, Mergruen, Angel, Felix Schwarzbeck, Milena, Humprhey Bloggart por sus cálidos mensajes que me dejan el alma a punto de turrón.

¡Gracias de todo corazón !

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Resulta que ya estamos de vuelta por aquí. El hooligan casi cambia de especie y deja de ser humano para convertirse en algún ser acuático, Lady Pubertiana consiguió completar pecas a su colección y el susodicho disfrutó hasta los 5 minutos antes de engendrarse en Mandril y no es que se convierta en mono (eso solo es después de 5 tequilas). Lo que pasa es que el mandril y el susodicho al sol comparten una misma característica: Las nalguitas rojas. Pobre, es una alergia que le provoca el sol y el cloro de las albercas, que si estuviéramos en una playa nudista les juro hasta cobraría a la gente para que lo vieran, pero como no soy tan ambiciosa se las tuve que ver nada más yo que tuve que untarle un tarro de crema para que dejara de sufrir el pobre.

Un día me pidió mi querido hooligan que lo acompañara a la alberca en la noche. No es lo mismo nadar de día que nadar en la oscuridad, es como estar desnudo corriendo por la casa cuando estás seguro que absolutamente nadie te va a decir que eres una gorda jamonuda porque no hay naaaadie para criticarte, así que igualito puedes nadar feliz porque nadie ve si tragaste agua, si el clavado te salió de lo peor, si te vas ahogando a la mitad de la alberca porque no puedes llegar a la orilla.


Pero claro, mientras el disfrutaba de lo lindo, las piernas de su madre fueron festín para unas hembras. Pero sépanlo bien, estas hembras no son como mi vecina la escandalosa, ni como la víbora de mi cuñada. Éstas desgraciadas se devoraron mi pierna dejándome llena de ronchas. No puede ser que éstas desgraciadas de 4 milímetros hagan más daño que las de 1.65 y ojos cafés, porque ya me enteré que es el mosquito hembra el que va a chuparte la sangre mientras los machos lo único que se chupan es néctar y agua, y son esas degeneradas hembras las que van a tu pantorrilla a dejar con una gigantesca roncha su graffiti de “Por aquí pasó mi aguijón estúpida…¿y?”

Después de esa noche me dí cuenta que la similitud entre el reino animal y el ser humano es muy clara. Yo me devoré las piernas de una señora criticando su celulutis mientras el susodicho en su papel de macho se dedicaba a chupar un néctar con sabor a tequila.

En fin, deliciosísimo es cambiar de aires, y más si estos aires tienen ese saborcito salado del mar y el calorcito de la brisa marina. Pero también es maravilloso abrir la puerta de tu casa después de tanto tiempo y respirar tu aire, recorrer todas las habitaciones de tu casa es como volver a reafirmar la devoción a tus espacios después de haberles sido infiel con otra regadera, en otro clóset, en otro refrigerador. Ustedes saben, se le podrá ser infiel a todas estas cosas, incluyendo hasta al marido pero JAMÁS de los JAMÁSES uno prefiere un escusado cualquiera.


Así que ya estamos de vuelta, ahora toca ver cómo se cura uno de tanto descanso.
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15 julio 2005

REGRESO PRONTO!




P.D. - Nos vemos el 1° de AGOSTO sin falta, prometo cuando esté tomando mi margarita frozen y remojándome los pies en el mar, extrañarlos mucho !

Ya les dije a mis hijos que no molesten a su madre cuando esté jugando a la milanesa: Asoleándo las carnes de un lado y del otro hasta que queden bien doradas. Los pobres estuvieron de acuerdo en que las vacaciones son urgentes para esta mujer que comienza a desvariar.

Dejo la puerta abierta, las llaves están donde ya saben, si algo se ofrece gritan al susodicho, chance y en una de esas se asome a barrer.



PREVACACIONES CON PRECAUCIÓN MUY PRECAVIDA


Son los últimos días que estoy por aquí antes de irme de vacaciones. Mi querido hooligan le dijo al susodicho muy triste que quiere que vaya, que qué va a ser sin su papá, yo por dentro pensé un sinnúmero de posibilidades de todo lo que podemos hacer sin su papá pero mejor no le dije nada para no herir la susceptibilidad de padre superhéroe.

El susodicho dice que va a comprar un boleto de camión para alcanzarnos allá ahora que le ponga frenos a la dientona de enfrente, que la llevaron a rastras a la pobre escuincla porque le tiene pavor al dentista, pero su madre sabe que con semejante boca pinta para solterona y no la ha de querer aguantar toda la vida.

Yo lo único que le dije al susodicho es que avise en la central camionera que se va a ir sin moverse del asiento pero no porque esté muy cómodo, o porque se vaya echando una siestesita, si no más bien porque este hombre se va siempre drogado de dramamines que porque se marea hasta en los caballitos de la feria. Por eso siempre que viajamos le dice uno “Mira mi vida, ya viste el paisaje qué hermoso” y el siempre contesta “Mmmmsssi”

Yo por mi parte, voy a preguntar allá en la playa si cuentan con servicio de grúas para que vayan por él, y es que ya no es cosa de recogerlo, ya es cosa de ir a levantarlo y ya después de unos días de descanso ya no está una tan jirita porque hasta los músculos también descansan.


Dice el susodicho que soy una exagerada de lo peor, pero está loco, demente, lunático. Si ya le dije dos millones seiscientas noventa y cinco veces que no es cierto, que nada más soy precavida.

¡Estos hombres!


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13 julio 2005

Secuestrando al enemigo

SECUESTRANDO AL ENEMIGO


El susodicho está dejando de ser mi marido. Ahora es como un pariente al que le tengo cariño, que le tengo tanta confianza que hasta me duermo con él, me cae tan bien que hasta le dejo tomar de mi vaso y hemos roto a tal grado el turrón que hasta me deja que le robe sus playeras para usarlas de pijama, y es que señores, ya no se preocupen en andar gastando dinero en anticonceptivos revolucionarios, ¿para qué? Mándenme un e-mail y con todo gusto les envío a mi querido hooligan que es más eficaz que cualquier otra cosa, ya cuando quieran familia me lo pueden mandar de regreso.

Dice Diana, una amiga, mientras andaba pastoreando a sus dos hijos que son todavía muy chiquitos que ella se logra dar sus escapadas de vez en cuando con su marido y se va al cine o a cenar. Y yo la escuchaba mientras me despertaba la glándula de la envidia que estaba por inflamarse.

-¿Tú no sales? – Me preguntó

-Pssss no, nunca – le dije

-¿Nuuuuuncaaaaaaaa?- me pregunta más sorprendida todavía.

-Pssss no- le contesté mientras reflexionaba que “mi pariente” el susodicho ya ni siquiera me propone algo indecoroso. Es que yo quiero sexooooo, violenciaaaaaaaa, sangreeeeeeee, pero él ni cuenta se ha dado. Voy a buscar en páginas del internet todo sobre los secuestradores a ver si me robo una de sus técnicas y me resulta sacarlo fuera aunque sea por la fuerza, y si acaso alguien piadoso da recompensa por él, bien la podemos usar para pagar un restaurantito que tenga mantel de tela.


Todo sea por tener buenas relaciones con mi pariente este.

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11 julio 2005

El ajo ahuyenta a los vampiros y a las meseras

EL AJO AHUYENTA A LOS VAMPIROS
Y A LAS MESERAS



Señores, jamás se les ocurra criticar a sus señoras si las ven que ponen atención al Animal Planet en lugar de hacer la comida. Ayer después de rogarle al susodicho que nos sacara a orear casi 3 horas, por fin lo convencimos y salimos. Más tardamos en arrear niños y subirnos al coche que en regresar.

En cuanto doblamos la esquina mí querido hooligan pegó un grito de dolor impresionante y yo estaba a punto de aventarle una cachetada a Lady Pubertiana yo creo por inercia, cuando de refilón vi a mi querido hooligan agarrándose la mano con algo negro encima. Ya cuando me acerqué me fijé que era una abeja que lo había picado. Yo, engendrada en la cazadora de cocodrilos, le di un manotazo a la maldita abeja para que se muera doble la desgraciada y le pregunté al hooligan dónde lo había picado el engendro con alas ese y ya cuando me señalo la palma de la mano me aventé a los sillones de atrás del coche a chuparle el veneno.

El hooligan más gritaba. Todavía no sé bien si gritaba de dolor o del asco pero no paraba el pobre. El susodicho tenía la esperanza que yo le diera el trago al veneno pero no se le hizo, me asomaba por la ventanilla y escupía. Lady Pubertiana me veía horrorizada con los mismos ojos que yo le hago cuando sorbe el refresco en la comida y le digo que es de mala educación. Casi estoy segura que ella preferiría quedarse con todo y piquete y veneno con tal de que no le chupara nada.


El susodicho llegó con un ajo pelado y ya estaba yo a punto de regañarlo porque no era éste el momento de andar botaneando, cuando me dijo que el ajo era para embarrárselo en el piquete. Le dejó casi tatuado el ajo al pobre niño.

Al ratito, santo remedio. Ya ni lo rojo tenía mi querido hooligansito, aunque el seguía quejándose para ver si llamaba la atención de alguien.

Nos fuimos a ver revistas y a tomar una malteada. Después de todo no estuvo tan mal, toda la gente nos abría paso, la mesera nos servía las malteadas y se iba rapidito, ya estaba yo por felicitarla por tan eficiente servicio cuando vi que el hooligan se quería meter el dedo a la nariz el muy maleducado y rapidito lo quitó sacando la lengua del asco.

-¿Qué están tus mocos muy feos mijo?- Le preguntaba mientras buscaba un papel higiénico en mi bolsa, hasta que caí en la cuenta de la peste a ajo que se traía el escuincle este.

Ya mejor lo dejé que caminara 3 metros adelante de mí. “De aquí te veo mijo, tú adelántate, ya ves que eres rapidísimo para caminar” le dije.



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10 julio 2005

LOS DOMINGOS NO HAY MILAGROS

LOS DOMINGOS HASTA LOS MILAGROS DESCANSAN

El susodicho los domingos por la tarde literalmente se atornilla al sillón. Siempre me pide que lo acompañe pero a mi el sillón más de 30 minutos continuos me causa ciática, me da calambres y hasta me interrumpe la digestión, así que prefiero hacer cualquier otra cosa.

Lady Pubertiana está que se muere, dice que sus vacaciones se van sin sentirlas porque los mejores días para salir fuera como lo es el Domingo, no hay poder humano que haga que el susodicho se levante, qué les digo, yo creo que siquiera rogándole a Dios que repita lo de Lázaro y haga que se escuche una voz del cielo que diga: “Susodicho, levántate y anda”, nada funcionaría.

Entonces ahí los ves, el susodicho siempre gana el sillón grandote porque ahí cabe todito en posición horizontal, mientras Lady Pubertiana se agandalla el reposet. El susodicho se adueña del control, porque si no es así la vida no sería vida, ni el domingo sería domingo, ya cuando pone o su fútbol o su Animal Planet se acurruca y comienza a ver la televisión pero para adentro, porque para afuera los párpados permanecen completamente cerrados.

Entonces Lady Pubertiana se le acerca sigilosa y levanta despacito el control de la panza de su papá y planta su canal ese de MTV que hace que la cabeza del susodicho parezca cactus cuando se le comienza a erizar todo el pelo, y luego remata viendo un canal donde operan a las mujeres de todo, si les falta bubis se las ponen, si les sobran nalgas se las quitan, ahí la ves disfrutando ver cómo una manguera se chupa la grasa de una señora en plena liposucción ¡guac! Ya cuando ve que su papá deja de roncar rápido le pone “jump” al control y todo vuelve a la normalidad.

Mi querido hooligan y yo optamos por el Plan B: El huye con los primos y yo con los vecinos y así se nos pasa el domingo, hasta que llegue ese día que no debería existir: El Lunes y nos inunde con el mugroso despertador.

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08 julio 2005

LAS TRAVESURAS SON HEREDITARIAS

LAS TRAVESURAS SON HEREDITARIAS

Cuando los hijos hacen alguna travesura ahí estás con el látigo, casi para crucificarlos porque no es posible que su mente sea tan creativa para andar inventando tanta cosa.

Me dirijo a la recámara de mi querido hooligan y empiezo con mi voz de interfón a gritarle al desgraciado que acaba de romper el vaso de cerveza de su papá, ese que limpia cada semana y con el que amenaza a la Sofiringa para que lo cuide con su propia vida cuando sacude la repisa.

-¿Dónde estás escuincle? – le grito pero la tierra se lo comió, no hay señales de él a 2 kilómetros a la redonda.

Ya cansada de buscarlo en el closet, debajo de la cama, atrás de la puerta, hasta abrí un cajón de la ropa por si acaso el escuincle este practicó sus contorsiones y nada.

De repente veo que la puerta se mueve unos milímetros. Mi olfato huele a escuincle cirquero. Volteo para arriba y sí, ahí estaba con su síndrome de Spiderman sosteniéndose de una pared con las manos y de la otra con los pies como si fuera una viga del techo el muy desgraciado. No se lo dije pero en otra ocasión lo hubiera felicitado por ese ingenio.

-¡Bájate de ahí escuincle del demonio, tienes 3 para estar abajo entiendes- le grito y empieza la cuenta regresiva.

Lo bueno es que mis compañeros de escuela están muy lejos de aquí y jamás los invitaría a comer porque ya con unos vinitos encima capaz que empiezan a contar cuando esposé al profesor de matemáticas al escritorio, o cuando troné cápsulas de ajo en plena clase y el alumnado abarrotó los baños de la escuela porque jamás se había visto tanto vómito sincronizado en la historia de la tan prestigiada institución.

De verdad que hay que hacer algo con este escuincle travieso, no es normal esto.


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06 julio 2005

DESAYUNANDO BUBIS

DESAYUNANDO BUBIS

Un día, hace mucho tiempo, nos dio por aprovechar el horario que este señor odontólogo hace para su comodidad diciendo que no hay nadie que se atreva a pisar un consultorio antes de las 8 de la mañana porque la anestesia no hace igual si llega el paciente modorro.

Entonces de repente al susodicho le renacía el amor y me invitaba a desayunar cerca de la escuela de mi querido hooligan. Llegábamos los dos destemplados por el frío pidiendo casi hincados que el mesero nos sirviera un cafesito bien caliente.

Hablábamos de muchos temas; que si el matrimonio, que si las infidelidades, que si los vecinos, la familia y el tiempo se nos pasaba rapidísimo. Un día estuvimos toda la mañana desenmarañando ese código que tienen los hombres de fijar la mirada sobre unas bubis prominentes.

- Es que eso es como un tic – le digo al susodicho, porque los hombres no lo pueden evitar, en cuanto ven unas bubis frondosas les da tortícolis.

Y el susodicho solidario a su género, defendiendo la testosterona diciendo que no, que los hombres no saben ni lo que es morbo, es más, hasta me dijo que con qué se comía eso ¡Ahora resulta!

Me decía todo eso muy serio, estaba sentado muy derecho cuando justo pasó del lado derecho una mesera de muy buen ver, con una blusita blanca entallada, era una ombliguera de esas que usan las chamacas que no conocen ni de lejos las estrías, iba la mujer esa meneando una copa 36 B a buen ritmo, mientras las pupilas del susodicho se ladeaban irresistiblemente y por más que el quería controlar el movimiento se le torcían los ojos peor que la niña del exorcista, sudaba por controlarse pero no podía evitarlo.


A mi por dentro me aplaudían todas las glándulas esas que se alborotan cuando le voy ganando en algo, estaba yo disfrutando ver cómo se le quebraba la voluntad, que si fuera éste un partido de fútbol ya estaría el marcador más o menos así:



Pasaron los 5 segundos más eternos de su vida, mientras el hombre este le seguía untando morbo a su pan, tratando de disimular a como diera lugar.

-¿Te conté quién ganó en Big brother?- Me dijo enderezándose.



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El sssssssssssss de los bisteces

¿Y TÚ CÓMO LE DICES?

Estaba yo reflexionando el porqué los seres humanos le ponemos un disfraz a las cosas que son de lo más naturales pero que llegan a ser temas que se hablan en bajito, como cuando decimos “s-e-x-o” así con sus 4 letras.

Dice mariposa que su hermana le dice “Churris”, Silvana dice “el cuchi cuchi”, mi papá dice “cortar floresitas del campo”

Yo creo que todos tenemos una manera cariñosa de llamarle a “eso” pero no crean que son tapujos no, lo hacemos para disimular que aunque por fuera estemos de lo más natural, por dentro nuestro pensamiento tiene un único objetivo: destender la cama.

He de contarles, al fin que esto es muy privado, que el susodicho es el peor de todos, el hombre este que tiene un cerebro digamos diferente, porque a él no le navegan neuronas entre el líquido encefálico, a él le navegan espermatozoides que le nacen directo en la hipófisis, qué les digo, es todo un caso el hombre.

Pero eso es culpa de mi suegro que no me advirtió cuando estaba yo hincada en altar de la Iglesia con las uñas postizas pintadas de blanco. El ingrato de mi suegro jamás dijo que el susodicho fue el precursor de los gritos que se escuchan cuando una pasa por una construcción llena de albañiles.


Dios se apiade de nosotros, pero este hombre en lugar de decir que quiere “eso” de la manera más cariñosa que se les ocurre, dice el muy degenerado: “Con esa cola y ese teclado ...vamos a jugar al piano mamasita ”

Pero dicen los que saben que a todo se acostumbra uno, menos a no comer. Por eso estoy segura que si el susodicho me hablara de sexo así como la gente normal diría yo que ha perdido su sex appeal y se está haciendo viejo, así que lo dejaré que siga diciendo sus barrabasadas que a fin de cuentas hasta extrañaría no escuchar su sonido ese que bistec que hace “ssssssssssss” cada vez que paso enfrente de él y se le hacen los ojos como de huevo cocido.


Yo creo que si al susodicho pasara por unos Rayos X, ésto es lo que se vería:



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04 julio 2005

Reunión S.O.S.

REUNIÓN INFANTIL = S.O.S.

Convivir con los hijos en las vacaciones me trae con las canas verdes. Mi querido hooligan me llama 956 veces durante todo el día para que vaya a verlo. “Que si ya viste mis marometas, que si ya viste cómo me paro de cabeza, que si quieres ver los Power Rangers” Le acabo de preguntar que si quiere jugar a que era huerfanito pero no me hace caso. Las madres deberíamos hacer maletas el mismo día que ellos están en su festival de despedida de año escolar.

Así que como ya no me alcanza para comprar más tinte y disimular tanta cana mejor puse en práctica el Plan B: Invitar a los amiguitos para que el hooligan los moleste a ellos y no a mí.

Primero los tuve que amenazar que al primer charco de sangre que encontrara regado en la alfombra por estar jugando luchitas, la que les iba a hacer la quebradora sería yo. Ellos me decían que se pegaban pero con cariño…válgame el cielo, ¿se puede uno pegar con cariño?


De pronto escuché mucho silencio, y ustedes saben, cuando hay 4 niños de entre 5 y 7 años reunidos sin hacer ruido significa S.O.S.

Iba bajando la escalera muy despacito y los escuché en pleno debate sobre qué película iban a ver.

Mi querido hooligan tomó una y les dijo: “Esta no porque es de grandes.”

-A mí sí me dejan ver películas de grandes pero son aburridas- Dijo Amaury

-¿A ti no te dejan ver pelis de grandes? – Preguntaba José Miguel a los demás y los demás respondían que “síiii claaaaro”, con mucha naturalidad, porque si dices que no seguro eres marica.

-Yo hasta cuando veo que mis papás se dan un beso les grito: ¡De lengüita, De lengüita!- les decía el degenerado de mi querido hooligan a estos niños, a lo que José Miguel contestó “Mi hermano y yo nada más nos reímos”

¿Se dan cuenta? Películas de grandes = sexo

Y pensar que los últimos años de mi vida me la he pasado añorando ver cómo se balancea un colchón ajeno en un film lleno de sexo y violencia, bubis en su lugar y viejos peor que el horno cuando hago pastel y todo por ver al estúpido dinosaurio ese de Barney, que para colmo ni siquiera tiene un sexo definido …¡No hay derecho!



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03 julio 2005

HABLEMOS DE LOS PICAPIEDRA

HABLEMOS DE LOS PICAPIEDRA


A medida que pasan los años, hablar con la madre de uno resulta algo diferente. No es lo mismo haberle preguntado dónde dejaste tus crayolas, a hablar cosas de hombres y cuestiones matrimoniales. Uno ya no ve a su madre con los mismos ojos de antes, los años nos van cambiando.

En lugar de tomar leche con Quick y platicar de Los Picapiedras, ahora platicas muy en serio rodeada de cafeína y tocas esos temas que se hablan siempre entre mujeres, ustedes saben…las pláticas serias entre mujeres siempre resultan pláticas de hombres, y no es que hablemos de fútbol ni de nalgas sabrosas ni nada por el estilo, si no que las mujeres del mundo tendemos siempre por hablar de esa otra raza que viste pantalones y le cuelga del cuerpo algo que no son bubis: Los hombres.

Yo le digo a mi mamá que a mi me pasa algo raro y es que mi matrimonio en lugar de ser algo de pareja, se me ha vuelto algo como hermandad, y me dan unas ganas irrefrenables de estar molestando todo el santo día al susodicho como si fuera mi hermanito menor (aunque el hombre este sea tan pero taaaaaan mayor), y a él le pasa lo mismo, creo que despierto en él ese sentido paternalista y todo el tiempo me quiere corregir de todo.

-¿Qué, a ti no te pasa?- Le pregunto a mi mamá mientras ella se me queda viendo como queriéndonos inscribir a una terapia grupal de demencia matrimonial.

Y luego luego comprendí que las pláticas entre madre e hija cuando se refieren al matrimonio de ambas deben centrarse en Los Picapideras mientras buscamos dónde dejamos las crayolas.

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