06 julio 2005

DESAYUNANDO BUBIS

DESAYUNANDO BUBIS

Un día, hace mucho tiempo, nos dio por aprovechar el horario que este señor odontólogo hace para su comodidad diciendo que no hay nadie que se atreva a pisar un consultorio antes de las 8 de la mañana porque la anestesia no hace igual si llega el paciente modorro.

Entonces de repente al susodicho le renacía el amor y me invitaba a desayunar cerca de la escuela de mi querido hooligan. Llegábamos los dos destemplados por el frío pidiendo casi hincados que el mesero nos sirviera un cafesito bien caliente.

Hablábamos de muchos temas; que si el matrimonio, que si las infidelidades, que si los vecinos, la familia y el tiempo se nos pasaba rapidísimo. Un día estuvimos toda la mañana desenmarañando ese código que tienen los hombres de fijar la mirada sobre unas bubis prominentes.

- Es que eso es como un tic – le digo al susodicho, porque los hombres no lo pueden evitar, en cuanto ven unas bubis frondosas les da tortícolis.

Y el susodicho solidario a su género, defendiendo la testosterona diciendo que no, que los hombres no saben ni lo que es morbo, es más, hasta me dijo que con qué se comía eso ¡Ahora resulta!

Me decía todo eso muy serio, estaba sentado muy derecho cuando justo pasó del lado derecho una mesera de muy buen ver, con una blusita blanca entallada, era una ombliguera de esas que usan las chamacas que no conocen ni de lejos las estrías, iba la mujer esa meneando una copa 36 B a buen ritmo, mientras las pupilas del susodicho se ladeaban irresistiblemente y por más que el quería controlar el movimiento se le torcían los ojos peor que la niña del exorcista, sudaba por controlarse pero no podía evitarlo.


A mi por dentro me aplaudían todas las glándulas esas que se alborotan cuando le voy ganando en algo, estaba yo disfrutando ver cómo se le quebraba la voluntad, que si fuera éste un partido de fútbol ya estaría el marcador más o menos así:



Pasaron los 5 segundos más eternos de su vida, mientras el hombre este le seguía untando morbo a su pan, tratando de disimular a como diera lugar.

-¿Te conté quién ganó en Big brother?- Me dijo enderezándose.



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