Hay esos momentos, que cuando estás sola con tu marido acurrucada, viendo como levanta el brazo con el control remoto en mano y como dueño y soberano del mundo va recorriendo cuanto canal exista sin dejar de oprimir el botoncito, y en menos de 2 minutos él sabe perfectamente qué hay en cada canal de la programación televisiva, y te sientes tan de él como él de ti, y nada existe fuera de la puerta: ni tus hijos, ni las cuentas, ni el arroz que dejé en la estufa, ¡nada! Y cuando por fin llega una pausa, lo miras de reojo y lo ves fijando la vista en las persianas o en el árbol de afuera, o en las nubes que se alcanzan a ver por ahí y te le acercas como queriendo frijolitos o polvo, o ya saben ustedes esas cosas, y le preguntas con voz muy sutil, “¿Qué piensas?”, y el simplemente contesta, “Nada”.
Díganme mujeres del mundo, ¿Ustedes creen que una pueda quedarse en pausa y así sin más, estarse sin pensar nada pero lo que se dice N-A-D-A?
¡Madre mía, qué susto! Ya hasta me dio miedo el hombre este.
.
1 comentario:
Los hombres somos simples, si decimos que no estamos pensando en nada, es que no estamos pensando en nada.
A veces cuando pensamos en algo es politica, deportes y sexo.
Publicar un comentario