07 octubre 2007

ENTRE TINIEBLAS TE VEAS



ENTRE TINIEBLAS TE VEAS




El susodicho y yo estábamos muertos pero lo que se dice MUERTOS de cansancio ayer y nos echamos como perros de mercado a tomar la siesta. ¡Ay de veras que se cree uno en la gloria! Con la brisita rica que entraba por la ventana y los dos como muertos ¡qué vida! Pero claro, claaaaaaro... si en esta casa el paraíso no puede durar siempre. Más tardamos en dormirnos que mi querido hooligan empezó a hacer de las suyas. El muy desgraciado se encontró con el extinguidor que guardo atrás de la puerta del despacho y ¡zácale! la curiosidad mató al gato, una nube de humo que le salió a la cosa esa que ni en la película aquella de Infierno en la Torre ¡qué bruto!

A mi me empezó a oler raro y cuando entreabrí el ojo ví que estábamos en tinieblas.

-¡Amor, Amoooooor despierta! – le gritaba al susodicho que estaba como momia en el sarcófago pero el nada de nada, hasta que grité: GOOOOOOL de los Pumas, fue cuando reaccionó.


El susodicho abrió el ojo y me dio un codazo, -¡Ves, te lo dije, nos íbamos a ir al infierno!- dijo mientras se iba enderezando.

-¡Ay Dios mío!! – pensaba yo para mis adentros arrepentida y pidiendo perdón - Ya sabía yo que me iba a condenar por andar babeando cada vez que pasa mi vecino guapísimo del Mercedes, pero para qué me trajiste a mi marido hasta aquí, no hay derecho!!

Y vayan ustedes a saber de qué pedía perdón el condenado hombre este que le salía la culpabilidad por los poros, es más con decirles que el muy ateo se puso a rezar un Ave María que ya es decir.

Así estábamos los dos en penitencia, cuando en eso entre las tinieblas aparece el hooligan muerto de la risa con el extinguidor en la mano. Hasta ya iba yo a decirle que cómo era posible que nos viniera a acompañar en este largo viaje sin regreso cuando el susodicho me grita, “Levántate, que este estúpido disparó el extinguidor” y se fue derechito a perseguirlo con cara de MATA-VIEJITAS pero en versión niños y gritando como loco, “¡Ahora sí te la ganaste escuincle, aunque me vaya al mismísimo infierno y me quede en las tinieblas para siempre!” que yo creo que hasta los vecinos de la esquina lo oyeron.


No les quiero contar cómo quedó el piso en esta casa ehhh, así me la pasé ayer Domingo, barre y barre, pero como hoy es cumpleaños de la Lady Pubertiana y ando muy apurada viendo a ver qué le preparo para festejarla de sorpresa, mejor me regreso a trapear el maldito polvo del extinguidor que todavía quedó, porque mezcladito con algunas culpas de cuyos nombres no quiero acordarme la casa quedó como empanizada.


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