Hoy veía a mi querido hooligan jugar con su amiguito Amaury en la calle. Los observé detenidamente y por un momento envidié profundamente el ser NIÑO.
Los niños son capaces de perdonar sin rencor, de pelearse a morir y al segundo darse la mano, de caerse y levantarse como si nada, y lo más importante: Ellos siempre dicen lo que sienten, así tal cual, sin calcular palabras ni momentos.
Así que en vista de que se avecina para este Sábado el día del niño, vengo a repetir la fórmula del año pasado y les dejo ->AQUÍ<- lo que escribí con motivo de ese día.
Para todos los que llevamos un niño en el alma, disfruten sin olvidarnos de aquellos ayeres de patines, bicicleta y Chavo del 8.
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