01 junio 2010

Has sufrido alguna vez por tus hijos?

Una vez que llegó la Lady y nos dijo que un fulanito greñudo compañerito de clase la invitaba al cine, le dimos permiso pero nos quedamos viendo el susodicho y yo con cara de preocupación, mitad de susto, otro poquito porque era la primera vez que salía esta escuincla con un niño y lo que resta de sentirnos que junto con las canas vienen esas cosas como en paquete VTP. Así que el susodicho y yo nos fuimos a seguirlos de lejitos, todavía tengo por ahí la foto-paparazzi que les tomé subiendo las escaleras eléctricas para ir al cine, platicando con el greñas ese, muy de mundo ella, moviendo las manos. En eso como que sintió que alguien la veía y ¡zácales! el susodicho se escondió detrás de un pilar, yo me le pegué a una señora que iba caminando y el hooligan se metió entre las piernas de la gente que estaba formada en el fast-food y ni nos vio. Le dije al susodicho: "Mírala, después de todo no se ve tan mal" y nos dimos la vuelta y los dejamos ahí. Con el hooligan sufro diario porque el mugroso escuincle no trae los cuadernos de la tarea, porque se trepa como chango en los árboles y me tiene con el Jesús en la boca siempre, pero se nos quita cuando los vemos felices, siendo ellos mismos.

Yo creo que uno sufre cuando no entiendes que los hijos vienen a tu vida de pasadita, y en esa pasadita no más queda disfrutarlos, no sufrirlos. Como decía Amado Nervo: "Cada quien es el arquitecto de su propio destino", el susodicho y yo nada más nos queda darles los ladrillos y el cementito, el resto del trabajo es suyo.

Tones pa los preguntones aquí

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