07 marzo 2009

CON UN DIRECTOR TÉCNICO EN CASA

CON UN DIRECTOR TÉCNICO EN CASA


Ayer estaba de público sentada en las gradas del partido de fútbol del hooligan. Todo normal, como siempre cuando en eso partiendo plaza, como todo un torero pero sin pantalones apretaditos, apareció el susodicho en medio del campo.

-¿No es ese tu marido? - me dijo una de las señoras que estaba ahí sentada.

-Imposible! - le contesté, -él está sacando muelas.

Pero en eso así como cuando estoy dormidísima y el hooligan se me aparece frente a las narices para preguntar algo, empecé a afocar y ¡zácale! que lo veo al susodicho caminando rapidito levantando un papel que traía en la mano.

No sé qué tanto habrá hablado con el árbitro, pero nada más se veía que manoteaba y movía la cabeza el árbitro igualito como la muevo yo cuando el susodicho empieza con su vinito tinto en alguna comida, algo así como un NO discreto pero conciso.

De repente el árbitro pitó el silbato y empezó el partido y el susodicho se quedó ahí de "Director Técnico" dirigiéndo a los niños. A mi me dio un poco de escalofrío verlo, porque la última vez que estuvo cerca de un árbitro casi lo mata y nos multaron a todo el equipo. Pero esta vez estaba muy en lo suyo, grite y grite que si Alex vete por la banda, que si fulanito cabecea, que si menganito a tu lugar. Todo un Hugo Sánchez que qué bárbaro (y es que el Hugo es dentista igual que el susodicho, es panzón y nalgón igual que el susodicho, lo único que le faltó al susodicho es ir vestido de saco para aventarlo cuando se enoja).

En la vida lo había visto más felíz, ni cuando le dí la noticia de que en el ultrasonido se le había visto una antena parabólica al bebé de que iba a ser varoncito lo había visto tan satisfecho.

Pero eso fue ayer en la tarde, y el hombre hasta ahorita sigue dirigiendo a medio mundo ¡qué horror! Se levantó y lo primeritito que hizo fue silbarnos: Que el hooligan se fuera por la lateral izquierda a buscarle su maletín que no lo encontraba, que Lady Pubertiana estaba fuera de lugar y cuando la pobre le empezó a reclamar hasta le sacó la tarjeta roja y la mandó a su recámara, que la Sofiringa a medio campo a tender las camas antes de irse y a mi me mandó derechito a la concentración en la cocina ¡qué cosas!

Bueno...a lo mejor no todo está perdido, quien quite y el susodicho quiera una goleada ¡faltaba más!




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