EMPEZANDO EL AÑO

EMPEZANDO EL AÑO

Ay ya volví, muchas gracias a todos los que pasaron a dejar sus buenos deseos ya saben que se les agradece con el corazón y es que con tanto festejo y tanta comida ya hacía falta que volvieran los días un poco a la normalidad con eso de que no sé qué estuvo más larga, si la lista de juguetes que le escribió el hooligan a Santa Claus o mi lista de propósitos de año nuevo, y estarán ustedes de acuerdo que por algún lado tenemos que empezar.

Por eso ya le dije al susodicho que hay que hacer como los demás que andan allá afuera sudando la gota gorda dándole vueltas al camellón corre y corre, pero qué esperanzas de ver al susodicho corriendo igualito que el señor del shorcito negro que corre más rápido que ladrón y encima no para ni un segundo el condenado, luego pasa una muchachita con sus pants y su gorra negra con filitos blancos, parece gacela y para colmo una gacela que no se le mueve nada.

Yo a veces la veo mientras estoy lavando trastes desde la ventana de la cocina y me imagino que soy ella, ¡qué bruto! En la vida me había visto tan ágil, tan segura de mi misma, con los pantalones ajustados arrastrando al hooligan para bañarse con un agilidad que dios guarde la hora y sin perder el aliento, porque para eso ya de por sí tenía condición física ahora mucho más que corro 5 kilómetros como si nada. ¿Se imaginan? Luego regreso sudorosa y el susodicho en lugar de decir GUÁCALA y aprovechar que estoy pegajosa para atrapar algún mosquito que ande alrededor, al contrario va y me pregunta, “¿Sudaste mi amor?” y me ofrece un vasito de agua y luego luego le dan ganas de volverse mosquito.

Por eso hay que cumplir los propósitos que hace uno, que no nada más es atragantarse las uvas así como así, aunque vayamos pian painito con cada meta que queramos alcanzar, total que mientras los gobiernos se ocupan del calentamiento global, de la economía y esas cosas uno se ocupe de cumplir a ver si con suerte la báscula marca menos que ya es ganacia, que todo sea por atrapar un mosquito libidinoso que anda por ahí ¡faltaba más!

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