09 enero 2006

UNA ROSCA GOURMET

UNA ROSCA GOURMET


¿A qué maldita hora me salió lo dadivosa y me ofrecí a hacer así con mis propias manitas la Rosca de Reyes? ¡Diossssssss de mi vida! Porqué no puedes hacer que cuando empiece a pasar por mis neuronas la palabra “Yo lo hago” me de un ataque de esos de epilepsia y me retuerza sin poder hablar.

¡Qué barbaridad! Dice mi hermana que es fácil, que haga una pasta de mantequilla y levadura y haga como una fuente y eche todos los demás ingredientes en medio y lo esté revolviendo como 20 minutos ¿Se dan cuenta? El hooligan tiene las rodillas ásperas porque su madre jamás le ha embadurnado crema y mi hermana quiere que me pase las horas masajeando la mezcla.

Ahí estábamos los 4: El hooligan feliz con una cara de pervertido que Dios guarde la hora enterrando a los monitos, hasta el muy sádico escuincle les decía, “Ahora sí vas a morir ahogado” y ¡zuuuum! lo metía entre la masa el desgraciado, el susodicho nada más oyó eso de “levadura de cerveza” y rapidito se fue a buscar sus cacahuates japoneses, yo masajeado la harina casi subida encima, cosa rara que ni en el Kamasutra viene se los juro y Lady Pubertiana diciendo cada cinco minutos “Ay qué asco”


Al menos no me puedo quejar, en esta casa cuando hay que cocinar nadie se hace “rosca”.



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