19 agosto 2005

HAMBRUNA MATRIMONIAL

HAMBRUNA MATRIMONIAL

Ayer me encontré a Lady Pubertiana mirando una fotografía vieja de mi boda. Yo iba para la cocina, pero la vi tan calladita que me acerqué sin hacer ruido, y es que siempre que no se escucha ni un respiro es que está chateando con las amigas o está jugando solitario.

Me quedé al filo de la puerta mirándola. No me imagino qué tantas cosas le habrán pasado por la mente pero hubiera dado todos los ahorros que el susodicho tiene escondidos a la mitad de un libro viejo, esos que piensa que nadie sabe de su existencia, con tal de enterarme qué le pasaba por la cabeza a la escuincla esta.

De pronto sintió mi mirada y volteó. Ya no pude disimular que la espiaba porque si ella se concentraba en la fotografía, yo estaba peor frunciendo el entrecejo para sintonizar si acaso alguna palabra se le salía en el inter.

-¿Sabes qué?- le digo tomando la fotografía, -En ese momento, no estaba diciendo “Sí acepto”, estaba yo diciéndole a tu papá en secreto “Creo que voy a vomitar”, bien romántica yo - le contaba.

-¿Ayyyy cómo crees má?- me dice con su tonito cantadito que se traen todas las escuinclas de la edad que tanto odio.

-Es que ese día no desayuné, ni comí, ni cené porque ni siquiera me acordé con tanto nervio que me traía – le contaba recordando que resoplaba y resoplaba y el susodicho me tomaba la mano y me sobaba el pulgar como si con eso me fuera yo a componer mientras el sacerdote pensaba que ya no se aguantaba el hombre a llegar a la noche de bodas con tanta sobeteada que me daba el degenerado este.

Pasó la ceremonia y nada más me acuerdo que salimos, hubo abrazos y nos fuimos al festejo. Ya cuando vi la película fue cuando me enteré qué tal estuvo la boda.

-Pues la puedes repetir- me dijo Lady Pubertiana como queriendo que sus padres puedan otra vez revivir esos momentos y que su madre, en una segunda oportunidad, esté ahora sí conciente de lo que es contraer nupcias.

-¡Ay no mija!- le digo muy asustada, -¿Y pasarme otra vez un maratón de huelga de hambre? ¡Ni lo mande Dios! –

Lady Pubertiana se fue mejor a ver la tele. Quién sabe, a lo mejor si hubiera adivinado sus pensamientos me hubiera enterado que le quedó muy claro que por hambre, el mundo está como está.



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