12 mayo 2004

PLEONASMOS DEL DÍA


Ahora que trabajo con el Albert, me da por sincronizarme con el lechero y llego tempranísimo al negocio.Después de nuestro tour matutino que enmarca todas mis mañanas, he llegado a pensar que el susodicho debería trabajar de conductor de un Microbús, hasta las mentadas de madre se le dan naturalitas, no se podrá quejar: su mamá es la más saludada de todo el Estado de México.

Mi síndrome de regiomontana me obliga a traer en un termo un cafesito recién hecho desde mi casa porque el del Super 7 de al lado además de tener cuerpo y aroma de agua de calcetín cuesta $10 pesos y ya sumándole al mes me voy pagando a otra Sofiringa casi.

Parece mentira, de la puerta para adentro reina una calma casi paradisíaca que me permite llegar hasta aquí y escribirles, mientras corren las manecillas del reloj para que abra la puerta del negocio y comience el trajín de atender clientes.

El pleonsamo viene porque después de todo este paisaje con el que enmarco mis mañanas estoy esperando a que el Albert llegue al negocio a relevarme porque literalmente
¡YA ME ANDO MEANDO!

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