LAS TERAPIAS DEL HOOLIGAN
Ayer dejé a mi querido hooligan dibujando, quesque para que 5 minutos haga otra cosa que no sea patear un balón.
-Mira- le dije al susodicho, - Es como una terapia antiestrés: le pones un cartón nuevo abajo y colores viejos arriba y así se tranquiliza un rato.
El susodicho se tocaba la barba y enchuecaba la boca. No sé si porque estaba masticando sus cacahuates japoneses o por que no le gusta cuando la hormona artística se me alborota y pongo a medio mundo a dibujar.
-Así también es mi terapia antiestrés- dijo mientras iba caminando a la cocina
-¿Cómo? ¿Dibujando?
-No, con una cobija nueva arriba y una vieja abajo, ¡y vieras cómo se tranquiliza uno!
Ay Dios mío con estos hombres, deveras que no se puede con la testosterona en esta casa, y eso que ya no dije más porque a la hora que me asomé a ver el dibujo de este escuincle casi me da el tramafat chequen:
(Si quieres ver el dibujo más grandote da clic sobre la imágen)
Ya mejor le recogí todo el tenderete y lo mandé a patear el balón que le sale mejor, porque con las proyecciones artísticas de este escuincle una de dos: O se queda solterón de por vida, o a la que mandan a terapias antiestrés es a su madre.
¡No hay justicia en el mundo deveras!
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