20 enero 2006

LA MUJER DE LOS LABIOS PARTIDOS

LA MUJER DE LOS LABIOS PARTIDOS


Aquí les estoy escribiendo, esta mañana de viernes fresca muerta de miedo. Y es que ayer el susodicho, “como todos los esposos normales del planeta” llegó a la casa con un pájaro entre las manos. No no no, no estén pensando que el hombre llegó muerto de ganas de hacer pis, es que el hombre este se baja del coche muy sospechoso, es como el hooligan que cuando me dice “Perdón mamá” ya sé que algo rompió el méndigo escuincle, de ahí que heredara los genes de su papá que cuando entra de rapidito y ni siquiera saluda es que algo está escondiendo.

Para pronto cuando escuché la puerta me le pegué como sombra, "¿Qué traes?" le digo y el no volteaba, "¿Que qué traes?" y seguía dándome la vuelta como globo terráqueo en rotación. Ya cuando me le planté enfrente lo veo que trae en las manos una paloma ¡Madre mía! ¿Porqué este hombre no puede llegar con flores, o con chocolates, o con un anillo de diamantes de 18 kilates como todos los esposos lindos del planeta? No, este hombre llega con una paloma ¡qué horror! Con las ansias que le tengo a las plumas y mira nada más qué detallitos viene a traer este señor.


-Haste a 3 metros de distancia, qué horror- le digo al pobre hombre que cuando oyó mi grito de “ay que no se te suelte, ay que no vaya a volar, ay qué asco” ya no sabía ni qué hacer.

-Me lo regalaron – dijo, esa misma palabrita que ha dicho siempre que sabe que yo lo puedo asesinar cuando gasta en esas cosas, como cuando "le regalaron un perro", y "le regalaron un canario" y "le regalaron unos peces".

De pronto la paloma no sé si de ver tanta gente o qué, algo le pasa que se desmaya o le dio un infarto, sepa Dios qué pero se hizo hilacha el pobre pajarito. El susodicho con el animal en la mano lo miraba asombrado cuando de repente ¡zaz! Le empieza a dar respiración boca a pico. Si si si, leyeron bien, respiración b-o-c-a a p-i-c-o.

Y así como por un milagro la paloma reacciona y despierta, empieza a sacudirse como si le volviera el alma al cuerpo, más bien a las alas.

-Agggggggggg y más aggggggggggggg- le digo al susodicho, - jamás en mi vida te vuelvo a besar iuuuuuuuu (como dicen los niños)

Luego lo dejó en una cajita y nos fuimos a dormir. Y hoy que me vine a escribirles la cajita está abierta y no está el pajarraco aquel. Sé que anda en algún lugar de la casa escondido y yo estoy aquí en la computadora, igual que en una trinchera agachada bajo la mesa escribiendo, esperando escuchar el menor aleteo para salir corriendo.

He aquí que les escribe una mujer sin chocolates, sin flores, sin anillo de diamantes, con fobia a las plumas y para colmo con futuros labios partidos por falta de uso.




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1 comentario:

Humano dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

Imaginate si tuvieran un hamster hahahahaa